– Uy, no la calentó nada. ¿Por qué será?
– Por el plato, mamá.
– Ah, ¿vos decís que le hace mal al microondas?
Hubo un espacio de silencio.
– No, no es lo que dije.
Hubo dos espacios de silencios. Y luego su cabeza explotó, no obstante el microondas comenzó a andar bien.
FIN.