top of page
– ¿Vos, gringazo, de qué cuadro sos?
«La pregunta del deleite».
– De qué cuadro… De los cuadros de Van Gogh.
Una vocal abierta en ascenso tonal develó la confusión.
– ¿No respondí tu pregunta? –se aclaró la garganta–. ¿Estoy hablando muy rápido?
«Oh-oh. No estoy preparado para ser golpeado».
La tensión se dispersó con una risa primitiva.
– Qué grande, pibe; estás en otra total.
FIN.
#3
bottom of page